A través de Facebook he sabido del fallecimiento de Tano Vaquero -así era conocido por todos los habitantes de Villager-. Quiero, en primer lugar, expresar mi más sentido pésame a toda la familia y muy especialmente a mi amigo de la infancia, Luis Vaquero.
Además de vivir en el mismo barrio, fuimos, durante 3 años, compañeros de trabajo en el Taller mecánico de la MSP en las Rozas, lo que me permitió conocerle muy bien. Sé bien que cuando alguien fallece, generalmente, suele decirse que fue buena persona, pero, en este caso, decir que era buena persona es quedarse muy corto. Tano fue uno de esos hombres que será recordado por varias razones; una de ellas, por haber sido el hombre que construyó el primer aparato de radio que se escuchó en Villager; otra, por haber sido el técnico que instaló los repetidores de TV en Laciana; también por haber sido un buen técnico en reparar televisores; pero, sobre todo, y muy por encima de todo, por haber sido un hombre íntegro y una excelente persona.
Recuerdo cuando, por medio del aprendizaje por correo -en aquellos tiempos no existía el estudio a distancia- empezó Tano a construir un aparato de radio. A la sazón contaba yo -no lo recuerdo bien- 7 u 8 años. Yo era muy amigo de su hermano Luis, el más pequeños de los hermanos, y que era uno o dos años más joven que yo. Por él sabía lo que Tano estaba haciendo. En aquellos días hablar de un aparato que podía contar cosas y hacer música, era como hablar hoy de llegar a Marte, especialmente para unos críos como nosotros. Luis me comentaba que a su hermano le mandaban unos papeles y unas piezas pequeñas por correo y que con eso pretendía hacer un aparato de radio. Recuerdo que le pregunté que qué era un aparato de radio, y él me dijo que no lo sabía, pero que según había oído comentar en casa, era un aparto que hablaba solo.
El día que terminó de construirlo, y cuando iba a conectarlo por primera vez, fue todo un acontecimiento en el barrio. De los muchos que se arremolinaban en torno a Tano, Luis y yo estábamos en primera fila. Por fin había llegado el gran momento. Tano conectó el enchufe, giró el botón del dial y se oyó la voz de un hombre que decía algo sobre no sé qué programa. Los gestos de admiración de los que allí nos encontrábamos -lástima que entonces no había videos- hubieran sido dignos de ser grabados. El programa era la retransmisión de una zarzuela. Cuando sonaron las primeras melodías, Luis y yo, que probablemente esperábamos que retransmitieran un partido de fútbol, nos miramos sorprendidos y decepcionados. Aquella música, para nosotros, que las únicas canciones que conocíamos eran la baca lechera y poco más, nos resultaba demasiado aburrido; así que, sin más, dejamos a los demás escuchando la zarzuela y nos fuimos a corretear por el barrio y, aunque no lo recuerdo, casi con toda seguridad, a romper cazoletas de los postes de la luz, con el tirador, como hacíamos con frecuencia y en lo que éramos verdaderos artistas.
He querido comentar esta anécdota porque, si Luis lee estas líneas, lo recordará sin duda, y porque espero que le sirva de consuelo.
DESCANSA EN PAZ, TANO.
No se si Luis habrá leído tu post pero yo,que soy su nieta, se las haré llegar a sus hijos. Muchas gracias por ésta anécdota y las bonitas palabras para mi abuelo. Se le echa tanto de menos…
Muchas gracias por tus palabras sobre mi tio.
No soy yo la indicada para decirlo pero si que era como se dice aquí, UN PAISANO DE LOS PIES A LA CABEZA.
No se quien eres pero muchas gracias.
Hola Nieves,
Tú puede que no me conozcas o que no te acuerdes de mí, pero yo si te conozco, como conozco a toda vuestra familia, incluidos tus abuelos. Recuerdo cuando Elías tenía la zapatería en Villager. A la que no conozco es a María Luisa, la nieta de Luis, mi amigo de la infancia. Si hablas con él, pregúntale quien estaba con él cuando nos corrieron dos electricistas porque, desde la huerta del ferreiro, mientras ellos colocaban cazoletas en los postes, Luis y yo se las rompíamos con el tirador. Corrieron detrás de nosotros hasta el camino de la Movida, pero, por suerte para nosotros, no lograron alcanzarnos, ya que haberlo conseguido nos hubieran bajado la piel.
Hola, yo soy otra nieta de Tano y también quería darte las gracias por tus palabras…en este momento nos reconfortan a toda la familia. Me alegra mucho saber que hay mucha gente que lo apreciaba de verdad…Gracias. María Luisa es mi hermana y nieta de Tano…somos sobrinas nietas de tu amigo Luis!!! Un abrazo abrazo aunque no nos conozcamos!
Hola Estefanía. He visto que has repetido el mensaje, porque como no podías verlo, creíste que el primero no había entrado. No eres la única a la que le ha pasado eso. Lo que sucede es que para publicarlo tengo que autorizarlo yo, y no siempre estoy colgado del ordenador, aunque mi mujer piense lo contrario. Al principio, cuando empecé con este blog dejaba libre la entrada, pero no te imaginas lo que me decían y lo que me llamaban algunos, así que para evitarlo introduje este filtro. No lo hice por mí, que eso me daba de lado; lo hice porque quería evitar a los lectores leer semejantes barbaridades.
No tienes porque darme las gracias. Solo hice expresar mis sentimientos. Aunque no me conoces, yo sí conozco a toda vuestra familia. Conocí, y muy de cerca, a tus bisabuelos paternos.
Un abrazo.