Como toda España sabe, en unos días, el gobierno otorgará el indulto a los políticos catalanes, presos por delito de sedición. De poco o nada ha servido la multitudinaria concentración de la plaza de Colón, convocada, no por los partidos políticos, sino por la plataforma cívica UNIÓN 78, cuyo principal objetivo era hacer comprender al gobierno de la nación, que conceder el indulto a los golpistas, además de ilegal, era contrario a la opinión de los españoles de bien.
La concesión de un indulto requiere, entre otras cosas, tres preceptos fundamentales: 1º que el preso lo solicite; 2º que no cause perjuicio a otras personas o lastime sus derechos; 3º contar con un informe favorable del Tribunal; 4º arrepentimiento o compromiso de no reincidir.
Evidentemente, ninguno de estos preceptos se contempla en este caso: No lo han solicitado; no sólo niegan estar arrepentidos, sino que, además, afirman que volverán a cometer el mismo delito; lastiman los derechos de todos los ciudadanos españoles; y, por último, el Tribunal no ha dictado informe favorable.
Todo eso, Pedro Sánchez, se lo pasa por el arco del triunfo, porque entre otros, cuenta con el beneplácito y apoyo de los poderes fácticos: Sindicatos obreros (UGT y CCOO), sindicato patronal (CEOE), Medios de comunicación (TV., Prensa, Radio) y hasta el mismísimo Clero.
Los mencionados sindicatos, como ya ningún trabajador o pequeño empresario ignora, son correas de transmisión -por no decir esbirros- del gobierno, porque subsisten gracias a las aportaciones dinerarias, públicas; es decir, viven gracias a nuestro dinero, que tan generosamente les concede el gobierno. UGT, CCOO y CEOE, deberían desaparecer y ser refundadas de nuevo, porque en la actualidad sirven únicamente a los intereses del gobierno y, naturalmente, a los intereses particulares de sus dirigentes: José María Álvarez Suarez (UGT), Unai Sordo (CCOO) y Antonio Garamendi (CEOE). Estos sindicatos -UGT y CCOO-no representan a los obreros y, consecuentemente, han perdido la mayoría de los obreros afiliados. La CEOE puede que represente a las grandes empresas, las del IBEX 35, pero para este sindicato las pequeñas empresas y los autónomos, no existen.
Amén de otras prebendas; por ejemplo: Casualmente, 24 horas antes de que el presidente de la CEOE, el señor Garamendi, se desplazara a Barcelona para apoyar públicamente los indultos, el gobierno le concedía la GRAN CRUZ DEL MÉRITO MILITAR, con distintivo blanco. ¿En qué batalla ha luchado el sr. Garamendi para que se le conceda esa medalla? ¿Puede haber mayor desvergüenza? De los medios de comunicación amarillos, poco más se puede decir de lo que ya hemos dicho en diversas ocasiones . Éstos, al igual que los mal llamados sindicatos obreros y patronal, comen todos los días gracias a las subvenciones que salen de nuestros impuestos; por ello, no les queda otra que aplaudir, hasta con las orejas, las decisiones del gobierno, por aberrantes que sean.
El que los sindicatos y la prensa amarilla digan amén a cualquier decisión que tome Sánchez -por disparatada que sea-, no me asombra lo más mínimo; ya me he acostumbrado, pero que los obispos catalanes salten a la arena política defendiendo el indulto de los que tratan de romper España, eso si me causó extrañeza y cierta desolación. Por más catalanes que sean, siguen siendo obispos de la iglesia católica de Roma. Habría que preguntar al obispo y cardenal español, actual arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, el motivo por el cual lo consiente.
Decía al principio, que de poco o nada había servido la manifestación de la plaza de Colón. Al decir eso, quiero aclararlo, me refería a la toma de decisiones de Sánchez, respecto a los indultos. Evidentemente, no así en cuanto pudiera afectar a la valoración que los votantes puedan hacer del presidente del gobierno. A ese punto, la manifestación, vaya si le ha preocupado. Prueba de ello es el que ahora, Sánchez, a su más puro espíritu propagandístico, pretende silenciar los ecos de la manifestación de Colón con mascarillas. A bombo y platillo nos anuncia que a partir del próximo 26 de junio podremos salir a los espacios libres sin mascarilla. Claro que tal decisión debe ser tomada, previamente, según nos dijo, en Consejo de Ministros. Y yo me pregunto ¿el Consejo de ministros, por si mismo, está capacitado para tomar una determinación de ese calibre o será previa consulta con el inexistente “comité de expertos”? ¿Por qué, precisamente, el día 26 y no, por ejemplo, el día 23 o el 27? Lo único que Sánchez pretende es aparecer en la tele como el gran héroe que nos libró del martirio de las mascarillas.
Estos días, viendo partidos de fútbol por diversos campos europeos, he observado que las gradas están repletas -en algunos casos y con aforo restringido en otros- de aficionados que no portan mascarilla. En internet, suelo echar una ojeada, diariamente, a varios periódicos de diferentes países europeos. Generalmente, suelo ojear las páginas de política y, sobre todo, las noticias referentes al corona-virus y a las medidas que cada país adopta. En ningún periódico de ningún país he leído que el presidente del gobierno haya hecho la más mínima publicidad al respecto de permitir asistir a lugares públicos sin mascarilla, tal y como lo está haciendo Sánchez. Lo de Sánchez es vivir en la propaganda, y, eso, a pesar de que aún no estamos en periodo electoral. Y, como de costumbre, la oposición tacando el violón.